Un anhelo expresado en la última asamblea parroquial ha sido construir juntos una parroquia Sinodal.
Lo primero ha sido volver a renovar juntos que el centro de nuestra parroquia es Jesús y su Evangelio .
Estamos llamados desde nuestra capilla de adoración perpetua a encender nuestros corazones y a saber conjugar los cinco verbos misioneros:
1. Una parroquia que aprenda a primerear, es decir que se adelante, que se mueva a brindar misericordia.
2. Una parroquia que aprenda ha involucrarse con la gente, a tocar el dolor del Cristo Sufriente en el pueblo.
3. Una parroquia que aprenda acompañar procesos, para saber esperar y aguantar apostólicamente y tener paciencia.
4. Una parroquia que aprenda a ser fecunda, fomentando la comunidad, venciendo los individualismos y generando vida y ternura .
5. Una parroquia que aprenda a festejar uniendo la evangelización, la liturgia y la vida.
Nuestra Señora del Rosario y San José nos acompañan en este camino, ellos ocupan un lugar de cariño y oración en nuestra comunidad parroquial.