Cada 19 de marzo, nos alegramos en celebrar a San José, esposo de la Virgen María y Patrono universal de la Iglesia. Pero en este año, al coincidir dicha fecha con el IV Domingo de Cuaresma, la celebración de esta solemnidad se traslada al día siguiente, es decir, el lunes 20 de marzo.
Después de la Madre de Dios, San José es, entre todos los santos, el más querido por Dios. Por lo mismo, volvamos nuestra mirada durante este mes a él.
Te invitamos a unir tu corazón a San José 4 veces al día, meditando estos 4 puntos:
1.- Su fidelidad a la Gracia
Él obedeció inmediatamente a Dios. La fidelidad a la Gracia lo preparó para esta misión especial y esa misma fidelidad nos preparará a nosotros para lo que Dios tenga planeado en nuestras vidas.
2.- Su fidelidad a la vida interior
San José vivió con su mente volcada a Dios, y su voluntad inclinada a sus deseos. Lo importante no es nuestro lugar de trabajo, sino dejar un lugar en nuestra alma en el cual el Espíritu Santo pueda trabajar.
3.- Su amor por el Divino Niño
Ningún padre había tenido nunca un corazón más paternal para un hijo, que el que tuvo José por Jesús.
4.- Su amor por la Santísima Virgen
San José no fue solo un protector y proveedor, sino el esposo que recordaba traer una flor con amor a su esposa. Él era consciente de la grandeza de María, y por lo mismo, la amaba, la admiraba y reverenciaba.
Imitemos constantemente su ejemplo de fidelidad y amor.
«Hay tanto de José en Jesús; si aprendemos de José, habrá mucho de Jesús en nosotros»
Fuente: "El Gran Corazón de San José", P. Luis Lallemant SJ
